La Organización Panamericana de la Salud (OPS) declaró el miércoles que el COVID-19 está retrocediendo lentamente en la mayor parte de América del Norte, Central y del Sur, e informó de que la semana pasada las cifras de muertes e infecciones en el continente fueron las más bajas en más de un año.
En muchas de las grandes islas del Caribe se observa una tendencia a la baja, incluida Cuba, donde se produjo un importante brote de COVID-19 durante varios meses.
Sin embargo, en Paraguay se duplicaron los casos de coronavirus en la última semana y en Belice se produjo un fuerte aumento de las muertes relacionadas con el COVID, según informó la rama regional de la Organización Mundial de la Salud.
“Tenemos razones para ser optimistas, pero debemos permanecer vigilantes”, dijo el director adjunto de la OPS, Jarbas Barbosa.
Instó a las autoridades a seguir aplicando medidas de salud pública como el uso de mascarillas, el distanciamiento social y la limitación de las grandes reuniones, especialmente porque muchos países siguen luchando por ampliar la cobertura de las vacunas.
Casi el 44% de la población de América Latina y el Caribe ha completado su inmunización contra la COVID-19, gracias en gran medida a las donaciones, realizadas de forma bilateral o a través del servicio COVAX dirigido por la OMS.
Más de 3 millones de dosis más llegarán a la región a través de COVAX esta semana, ya que las entregas se intensifican en los últimos meses del año, dijo Barbosa.
Hizo un llamamiento a los líderes de las principales economías del G20, reunidos este fin de semana en Roma, para que hagan más por acelerar la distribución equitativa de vacunas a través de donaciones, afirmando que ningún país estará a salvo mientras otros sigan desprotegidos contra el coronavirus.
Barbosa dijo que la salud estaba ocupando un lugar central en la cumbre climática COP26 que comienza el domingo en Glasgow.
En todo el mundo, más de 12 millones de muertes al año están asociadas a factores de riesgo ambiental, como las altas temperaturas, la contaminación atmosférica, los incendios forestales y las sequías, según la OPS.
“Si no se aborda, el cambio climático transformará nuestro medio ambiente, nuestros sistemas alimentarios y nuestras condiciones de vida, con consecuencias potencialmente devastadoras para nuestra salud”, dijo.